Alegría y determinación en la lucha contra....¡nosotros mismos!
Un pueblo ignorante siempre es un arma letal en manos de gobernantes hábiles
A finales de los
años 1800, España estaba pasando por una gran convulsión. De ser una
monarquía católica, trataba de convertirse en un gobierno republicano libre. Durante
este débil intento, predestinado al
fracaso, en el año 1932 el presidente de España, Manuel Azaña Díaz (1880-1940), a partir de algunas confesiones hechas por varias monjas, demandó una investigación de todos los monasterios, conventos, escuelas católicas y edificios eclesiásticos de España, donde se encontraron un gran número de cadáveres
de bebés. Los católicos de España, que se sentían sumamente ofendidos,
atacaron y destruyeron muchos edificios de la iglesia donde existían estos túneles-sepulcro. Los médicos forenses del gobierno analizaron los cuerpos y reportaron que en la mayoría de los casos murieron asfixiados. Como puede
verse, los sacerdotes y las monjas se habían envuelto en adulterio y los bebés
no deseados, eran asesinados al nacer. La gente católica de España, quienes
desconocían estos terribles crímenes, se sintieron desconcertados con los
descubrimientos y debido a la noticia que se esparció como el fuego en la paja,
se promulgaron muchas leyes que socavaron el poder del papa en España. Y esto,
no le gustó nada al Papado.
La atormentada vida
política y social de la República fue sustituida por una historia de
degradación y asesinato en masa. Por mucho que se hable de la violencia que
precedió a la Guerra Civil para tratar de justificar su estallido, está claro
que en la historia de España del siglo XX hubo un antes y un después del golpe
de Estado de julio de 1936. Bastaron tres años para que la sociedad padeciera
una oleada de violencia y desprecio por la vida, sin precedentes. Y de allí
surgió “la paz” de Franco, el Estado de terror, la continuación del estado de
guerra, un régimen de crimen e intimidación de proveniencia fascista-jesuita.
y su seguidor al trono católico - Juan Carlos I
Del Dr. Alberto
Rivera, un conocido ex jesuita, recibimos el siguiente informe:
„En el 1936 explotó
la Nueva Inquisición Española
conocida en la actual historia fabricada como, “La Guerra Civil Española”, y que fue, como se puede intuir, secretamente
orquestada en el Vaticano... El Papa excomulgó a los dirigentes de la República Española y declaró
guerra entre la Santa Sede y Madrid... Bajo la bandera del Vaticano, las fuerzas musulmanas invadieron las Islas Canarias y atacaron
el sur de España... Cuando la Nueva Inquisición logró sus metas, España ya
estaba en ruinas, sangrando y golpeada, y sometida de vuelta en las manos del
Vaticano. El General Franco se convirtió finalmente en el dictador romano-católico
de España. El Gobierno de Franco fue reconocido el 3 de agosto de 1937 por el Vaticano…” (Jack Chick, Alberto pts.1,3,6, Chick Publications, pp. 12, 21,
28, 29).
„El 31 de marzo de
1934, se firmó el Pacto de Roma y se le pidió ayuda a Hitler y a Mussolini para
la Rebelión. Entonces surgió la “Guerra Santa”. En el 1937, en medio de la
guerra, el Vaticano otorgó reconocimiento al gobierno de Franco, su compañero
de armas, quien sería condecorado más adelante con la Orden Suprema de Cristo.
“!Sean bendecidas las armas, si después de usarlas el evangelio florece!”
Prontamente la acción católica difundió su "evangelio" de tiranía a través del destruido país.
Esta era, ¡Pax Christi!.” (Edmond Paris, The
Vatican Against Europe, The Wicliffe Press, p. 15).
Benito Mussolini
era altamente estimado por los Jesuitas de Roma. Él era su "hombre de provisión"
quien le había restaurado la Ciudad del Vaticano al Papado en el 1929.
„¿Qué estaba pasando
en Europa entre los dos asesinos? En Italia, se llevaron negociaciones secretas
entre agentes papales y Mussolini, “el hombre de provisión”. El sacerdote,
Don Sturzo, jefe del grupo católico, tenía derecho al voto ducal en noviembre
del 1922. Entonces surgió el Tratado Laterano para sellar la unión del Fascismo
y el Papado, y para la conquista de Etiopía, y el Día de Viernes Santo de 1939,
empezó la agresión contra Albania.” (Ibid. p.15).
El papa Pío XI
declaró:
„Mussolini está
logrando un rápido avance con una fuerza mínima y así conquistará todo lo que
encuentre en su camino. Mussolini es un hombre maravilloso -¿me escuchan?- un
hombre maravilloso... el futuro le pertenece.” Ibid. p. 69.
“Roma considera el
régimen fascista el más cercano a sus dogmas e intereses. No tenemos únicamente
al Reverendo (Jesuita) Padre Coughlin alabando a la Italia de Mussolini, como
siendo una “democracia cristiana”, sino que la Civiltà Cattolica [Civilización
Católica n.t.] el diario oficial de los Jesuitas, ha manifestado con
franqueza... “El Fascismo es el régimen que corresponde con mayor precisión a
los conceptos de la Iglesia de Roma.” (Pierre
Van Paassen, Days of our Years, Hillman-Curl, p 465).
Actualmente, debido
a los registros históricos, sabemos que Hitler declaraba que había puesto en práctica
en sus “quehaceres”, los principios del Papado. Y vemos que Mussolini hizo
lo mismo. Y respecto a los crímenes del general lacayo, Francisco Franco, nadie
necesita evidencias. Pero no fueron únicamente estas tres marionetas católicas los que
lograron la destrucción de Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Franklin
Rooosevelt, presidente de los Estados Unidos, también cumplió su deber fielmente, sujeto totalmente a los "deseos"
de Roma.
„El presidente
Roosevelt le ofreció una oportunidad sin precedente al (cardenal) Spellman para
dirigir la Arquidiócesis en EEUU... Esta gran “oportunidad” permitía que
Spellman actuara como un agente clandestino para él presidente, en las cuatro
esquinas del mundo. El trabajo del Arzobispo consistía en contactar con los
jefes de las naciones del Oriente Medio, de Europa, de Asia y de África. El
Arzobispo sería quien llevaría los mensajes del presidente... y actuaría como
los ojos y los oídos de Roosevelt... El presidente le ofreció una oportunidad
que representaba tener el poder que ningún otro católico a través de la
historia había tenido. Spellman se movería entre las figuras más prominentes en
el ámbito político mundial. Sólo pocas personas sabían a ciencia cierta lo que
el Arzobispo hacía durante sus largos y frecuentes viajes. Su trabajo
clandestino provocó interrogantes en el ámbito local en cuanto al porqué una figura
religiosa estaba tan envuelta en asuntos políticos.” (John Cooney, The American
Pope, Times Books, pp. 124, 125).
La fidelidad de
Spellman era hacía el Papa Pío XII y él fue utilizado por Frankiln Roosevelt como
su único agente personal.
Sobre Roosevelt,
leemos lo siguiente:
„Roosevelt y
Eisenhower aprobaron la repatriación forzada de seis millones de Cristianos Ortodoxos
a quienes enviaron de vuelta a Rusia. Muchos de ellos fueron torturados y
asesinados después de llegar al destino. Dos rusos habían escrito sobre esta
decisión abominable de parte de estos líderes americanos: Nicholai Tolstoy y
Alexander Solzhenitsyn. Los americanos llamaron a esta repatriación, “La Operación
Keelhaul”. (Ralph
Epperson, The Unseen Hand, Publius Press, p. 301).
Para entender bien
que se trataba de un asesinado premeditado, es necesario conocer a qué se
refiere el nombre de la "Operación Keelhaul", que se traduce como, “Pasar por debajo
de la quilla”. Es un castigo de muerte, o mejor dicho, una forma de tortura, que estaba
señalado por las leyes penales para ciertos delitos de la mayor gravedad y usado en los círculos navales, y explicada en la siguiente cita:
"Aparte de la forma
de tortura naval, en la que los prisioneros eran arrastrados bajo la quilla del
barco, siendo amarrados sus cuerpos con una soga, con el propósito de que fuesen
despedazados por los cirrópodos, esos millones de individuos no eran todos
soldados que habían peleado al lado de los alemanes contra los rusos, sino que eran mujeres y niños también... A pesar de que Churchill y Roosevelt fueron los
que tomaron la perversa decisión de enviar a estos millones de rusos anticomunistas
de vuelta a la muerte, fue el General Dwight Einsenhower, quien dirigió la
“Operación Keelhaul”, sin ningún aparente rastro de conciencia.” (Ralph
Epperson, The Unseen Hand, Publius Press, p. 301).
„El general jesuita,
el Conde Halke Von Ledochowski, estaba dispuesto a organizar, bajo las bases
comunes del anti-comunismo, un cierto grado de colaboración entre el Servicio
Secreto Alemán y la Orden Jesuita... Él consideraba los resultados belicosos
entre Rusia y Alemania inevitables... Y Nachritchen, el 27 marzo de 1942, no titubeó en escribir: “Una de las
preguntas que surgen en torno a la actividad de Alemania en Rusia, que es de
suprema importancia para el Vaticano, es la pregunta de la evangelización de
Rusia.” Esto fue confirmado
por el mismo Padre Duclos en un libro publicado por la casa publicadora
Wickliffe: “Durante el verano
del 1941, Hitler solicitó a todas las fuerzas cristianas y... él autorizó a los
misioneros cristianos a que fuesen a los nuevos territorios del este... Nunca se ha olvidado en Francia
que el Cardenal Baudrillart y el Monseñor Mayol de Luppe reclutaron las L.V.F.
[Legiones de Voluntarios Franceses n.t.] para llevar a cabo la Cruzada en
contra de Rusia.” (Edmond Paris, The Vatican Against Europe, Wickliffe Press,
pp. 240, 241).
Mientras los cristianos
ortodoxos de Rusia eran exterminados por el Papado, estaba ocurriendo una
masacre similar en Yugoslavia. Algunos de los muchos escritos que han sido publicados
acerca de esta atrocidad de la Segunda Guerra Mundial, incluyen los libros, “¡Conviértete
o Muere!” de Edmond Paris, “El Holocausto del Vaticano” de Avro Manhattan, y “Los
Lobos Devoradores” de Monica Farell.
Todos estos libros presentan
el asesinato de más de un millón de cristianos ortodoxos durante la Segunda
Guerra Mundial por el grupo asesino católico, Ustashi. En la portada del libro
de Farell se lee lo siguiente:
„Este es el récord
de tortura y asesinatos cometidos en Europa en el 1941-1943 por un ejército de
activistas católicos, conocidos como “Los Ustashi” y dirigidos por monjes, y
sacerdotes e incluso con la ferviente participación de monjas. Las víctimas
sufrieron y murieron por la causa de la libertad individual y por la libertad
de conciencia. Lo único que podemos hacer hoy es leer el récord de sus
sufrimientos y recordar que sucedió, no en los “Años del Oscurantismo” sino en
nuestra propia generación del “Alumbramiento”. El nombre de Utashi surgió como
otra forma de llamar al grupo denominado “Acción Cristiana.” (Mónica Farrell, Lobos Devoradores, Publicaciones
Protestantes, portada).
Ante Pavelic y su amigo Adolf Hitler
dos dementes manipulados por los jesuitas
Ante Pavelic - llamado el carnicero de los Balcanes junto
a su ejercito de despiadadas "santas" monjas católicas
El Papado, mediante la Orden Jesuita, estaba
aún tratando de exterminar a los ortodoxos cristianos en Serbia a finales de los
1900. El Vaticano utilizó a los Estados Unidos para alborotar, manipular e intimidar las partes implicadas en el conflicto
en que se bombardeó a Serbia. El verdadero "carnicero de los Balcanes” son el papa de Roma y la Iglesia Católica, no Ante Pavelic ni Slobodan Milosevic. Los jesuitas unicamente trataron y tratan siempre de utilizar la persona "mentalmente" dispuesta para llevar a cabo sus abominables crímenes contra la humanidad.
Y en el siguiente artículo, vamos a ver como la trama continua, con increíbles intrigas y objetivos, que para la mente de una persona normal y corriente, pueden parecer locuras, o en el mejor de los casos, guiones de ciencia ficción. Pero no así para estos descerebrados agentes del diablo, que bajo el nombre de "la Sociedad de Jesús", o "la Orden Jesuita", tienen bien claro su objetivo final, y sin tener en cuenta, nada, y esto significa absolutamente nada, ni conciencia, ni dinero, ni tiempo, siguen su cumplimiento bajo las miradas indiferentes e ignorantes de un mundo entero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario