martes, 12 de agosto de 2014

La Segunda Guerra Mundial - 3

"Si no conocemos el pasado, no podemos entender el presente y no podemos prepararnos para el futuro."


                             Alegría y determinación en la lucha contra....¡nosotros mismos!
                  Un pueblo ignorante siempre es un arma letal en manos de gobernantes hábiles




A finales de los años 1800, España estaba pasando por una gran convulsión. De ser una monarquía católica, trataba de convertirse en un gobierno republicano libre. Durante este débil intento, predestinado al fracaso, en el año 1932 el presidente de España, Manuel Azaña Díaz (1880-1940), a partir de algunas confesiones hechas por varias monjas, demandó una investigación de todos los monasterios, conventos, escuelas católicas y edificios eclesiásticos de España, donde se encontraron un gran número de cadáveres de bebés. Los católicos de España, que se sentían sumamente ofendidos, atacaron y destruyeron muchos edificios de la iglesia donde existían estos túneles-sepulcro. Los médicos forenses del gobierno analizaron los cuerpos y reportaron que en la mayoría de los casos murieron asfixiados. Como puede verse, los sacerdotes y las monjas se habían envuelto en adulterio y los bebés no deseados, eran asesinados al nacer. La gente católica de España, quienes desconocían estos terribles crímenes, se sintieron desconcertados con los descubrimientos y debido a la noticia que se esparció como el fuego en la paja, se promulgaron muchas leyes que socavaron el poder del papa en España. Y esto, no le gustó nada al Papado.
La atormentada vida política y social de la República fue sustituida por una historia de degradación y asesinato en masa. Por mucho que se hable de la violencia que precedió a la Guerra Civil para tratar de justificar su estallido, está claro que en la historia de España del siglo XX hubo un antes y un después del golpe de Estado de julio de 1936. Bastaron tres años para que la sociedad padeciera una oleada de violencia y desprecio por la vida, sin precedentes. Y de allí surgió “la paz” de Franco, el Estado de terror, la continuación del estado de guerra, un régimen de crimen e intimidación de proveniencia fascista-jesuita.

                                               Las marionetas jesuitas - Francisco Franco
                                             y su seguidor al trono católico - Juan Carlos I


Del Dr. Alberto Rivera, un conocido ex jesuita, recibimos el siguiente informe:
„En el 1936 explotó la Nueva Inquisición Española conocida en la actual historia fabricada como, “La Guerra Civil Española”, y que fue, como se puede intuir, secretamente orquestada en el Vaticano... El Papa excomulgó a los dirigentes de la República Española y declaró guerra entre la Santa Sede y Madrid... Bajo la bandera del Vaticano, las fuerzas musulmanas invadieron las Islas Canarias y atacaron el sur de España... Cuando la Nueva Inquisición logró sus metas, España ya estaba en ruinas, sangrando y golpeada, y sometida de vuelta en las manos del Vaticano. El General Franco se convirtió finalmente en el dictador romano-católico de España. El Gobierno de Franco fue reconocido el 3 de agosto de 1937 por el Vaticano…” (Jack Chick, Alberto pts.1,3,6, Chick Publications, pp. 12, 21, 28, 29).

„El 31 de marzo de 1934, se firmó el Pacto de Roma y se le pidió ayuda a Hitler y a Mussolini para la Rebelión. Entonces surgió la “Guerra Santa”. En el 1937, en medio de la guerra, el Vaticano otorgó reconocimiento al gobierno de Franco, su compañero de armas, quien sería condecorado más adelante con la Orden Suprema de Cristo. “!Sean bendecidas las armas, si después de usarlas el evangelio florece!” Prontamente la acción católica difundió su "evangelio" de tiranía a través del destruido país. Esta era, ¡Pax Christi!.” (Edmond Paris, The Vatican Against Europe, The Wicliffe Press, p. 15).

Benito Mussolini era altamente estimado por los Jesuitas de Roma. Él era su "hombre de provisión" quien le había restaurado la Ciudad del Vaticano al Papado en el 1929.
„¿Qué estaba pasando en Europa entre los dos asesinos? En Italia, se llevaron negociaciones secretas entre agentes papales y Mussolini, “el hombre de provisión”. El sacerdote, Don Sturzo, jefe del grupo católico, tenía derecho al voto ducal en noviembre del 1922. Entonces surgió el Tratado Laterano para sellar la unión del Fascismo y el Papado, y para la conquista de Etiopía, y el Día de Viernes Santo de 1939, empezó la agresión contra Albania.” (Ibid. p.15).

El papa Pío XI declaró:
„Mussolini está logrando un rápido avance con una fuerza mínima y así conquistará todo lo que encuentre en su camino. Mussolini es un hombre maravilloso -¿me escuchan?- un hombre maravilloso... el futuro le pertenece.”  Ibid. p. 69.

“Roma considera el régimen fascista el más cercano a sus dogmas e intereses. No tenemos únicamente al Reverendo (Jesuita) Padre Coughlin alabando a la Italia de Mussolini, como siendo una “democracia cristiana”, sino que la Civiltà Cattolica [Civilización Católica n.t.] el diario oficial de los Jesuitas, ha manifestado con franqueza... “El Fascismo es el régimen que corresponde con mayor precisión a los conceptos de la Iglesia de Roma.” (Pierre Van Paassen, Days of our Years, Hillman-Curl, p 465).

Actualmente, debido a los registros históricos, sabemos que Hitler declaraba que había puesto en práctica en sus “quehaceres”, los principios del Papado. Y vemos que Mussolini hizo lo mismo. Y respecto a los crímenes del general lacayo, Francisco Franco, nadie necesita evidencias. Pero no fueron únicamente estas tres marionetas católicas los que lograron la destrucción de Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Franklin Rooosevelt, presidente de los Estados Unidos, también cumplió su deber fielmente, sujeto totalmente a los "deseos" de Roma.
„El presidente Roosevelt le ofreció una oportunidad sin precedente al (cardenal) Spellman para dirigir la Arquidiócesis en EEUU... Esta gran “oportunidad” permitía que Spellman actuara como un agente clandestino para él presidente, en las cuatro esquinas del mundo. El trabajo del Arzobispo consistía en contactar con los jefes de las naciones del Oriente Medio, de Europa, de Asia y de África. El Arzobispo sería quien llevaría los mensajes del presidente... y actuaría como los ojos y los oídos de Roosevelt... El presidente le ofreció una oportunidad que representaba tener el poder que ningún otro católico a través de la historia había tenido. Spellman se movería entre las figuras más prominentes en el ámbito político mundial. Sólo pocas personas sabían a ciencia cierta lo que el Arzobispo hacía durante sus largos y frecuentes viajes. Su trabajo clandestino provocó interrogantes en el ámbito local en cuanto al porqué una figura religiosa estaba tan envuelta en asuntos políticos.” (John Cooney, The American Pope, Times Books, pp. 124, 125).


La fidelidad de Spellman era hacía el Papa Pío XII y él fue utilizado por Frankiln Roosevelt como su único agente personal.
Sobre Roosevelt, leemos lo siguiente:
„Roosevelt y Eisenhower aprobaron la repatriación forzada de seis millones de Cristianos Ortodoxos a quienes enviaron de vuelta a Rusia. Muchos de ellos fueron torturados y asesinados después de llegar al destino. Dos rusos habían escrito sobre esta decisión abominable de parte de estos líderes americanos: Nicholai Tolstoy y Alexander Solzhenitsyn. Los americanos llamaron a esta repatriación, “La Operación Keelhaul”. (Ralph Epperson, The Unseen Hand, Publius Press, p. 301).

Para entender bien que se trataba de un asesinado premeditado, es necesario conocer a qué se refiere el nombre de la "Operación Keelhaul", que se traduce como, “Pasar por debajo de la quilla”. Es un castigo de muerte, o mejor dicho, una forma de tortura, que estaba señalado por las leyes penales para ciertos delitos de la mayor gravedad y usado en los círculos navales, y explicada en la siguiente cita:

"Aparte de la forma de tortura naval, en la que los prisioneros eran arrastrados bajo la quilla del barco, siendo amarrados sus cuerpos con una soga, con el propósito de que fuesen despedazados por los cirrópodos, esos millones de individuos no eran todos soldados que habían peleado al lado de los alemanes contra los rusos, sino que eran mujeres y niños también... A pesar de que Churchill y Roosevelt fueron los que tomaron la perversa decisión de enviar a estos millones de rusos anticomunistas de vuelta a la muerte, fue el General Dwight Einsenhower, quien dirigió la “Operación Keelhaul”, sin ningún aparente rastro de conciencia.” (Ralph Epperson, The Unseen Hand, Publius Press, p. 301).

            El bueno presidente Roosevelt, como la mayoría de los presidentes estadounidenses en el servicio del Papado, no sólo utilizó a Spellman como su agente, sino que llevó a cabo la meta de los jesuitas de aniquilar tantos cristianos ortodoxos como fuese posible. Los jesuitas buscaron destruir a los ortodoxos de Serbia en la Primera Guerra Mundial, y con esta repatriación a finales de la Segunda Guerra Mundial consiguieron destruir muchos más millones de rusos ortodoxos. Roossevelt, Eisenhower y Churchill llevaron a cabo el plan sangriento de los jesuitas con un éxito considerable.
„El general jesuita, el Conde Halke Von Ledochowski, estaba dispuesto a organizar, bajo las bases comunes del anti-comunismo, un cierto grado de colaboración entre el Servicio Secreto Alemán y la Orden Jesuita... Él consideraba los resultados belicosos entre Rusia y Alemania inevitables... Y Nachritchen, el 27 marzo  de 1942, no titubeó en escribir: “Una de las preguntas que surgen en torno a la actividad de Alemania en Rusia, que es de suprema importancia para el Vaticano, es la pregunta de la evangelización de Rusia.” Esto fue confirmado por el mismo Padre Duclos en un libro publicado por la casa publicadora Wickliffe: “Durante el verano del 1941, Hitler solicitó a todas las fuerzas cristianas y... él autorizó a los misioneros cristianos a que fuesen a los nuevos territorios del este... Nunca se ha olvidado en Francia que el Cardenal Baudrillart y el Monseñor Mayol de Luppe reclutaron las L.V.F. [Legiones de Voluntarios Franceses n.t.] para llevar a cabo la Cruzada en contra de Rusia.” (Edmond Paris, The Vatican Against Europe, Wickliffe Press, pp. 240, 241).



Mientras los cristianos ortodoxos de Rusia eran exterminados por el Papado, estaba ocurriendo una masacre similar en Yugoslavia. Algunos de los muchos escritos que han sido publicados acerca de esta atrocidad de la Segunda Guerra Mundial, incluyen los libros, “¡Conviértete o Muere!” de Edmond Paris, “El Holocausto del Vaticano” de Avro Manhattan, y “Los Lobos Devoradores” de Monica Farell.

Todos estos libros presentan el asesinato de más de un millón de cristianos ortodoxos durante la Segunda Guerra Mundial por el grupo asesino católico, Ustashi. En la portada del libro de Farell se lee lo siguiente:

„Este es el récord de tortura y asesinatos cometidos en Europa en el 1941-1943 por un ejército de activistas católicos, conocidos como “Los Ustashi” y dirigidos por monjes, y sacerdotes e incluso con la ferviente participación de monjas. Las víctimas sufrieron y murieron por la causa de la libertad individual y por la libertad de conciencia. Lo único que podemos hacer hoy es leer el récord de sus sufrimientos y recordar que sucedió, no en los “Años del Oscurantismo” sino en nuestra propia generación del “Alumbramiento”. El nombre de Utashi surgió como otra forma de llamar al grupo denominado “Acción Cristiana.” (Mónica Farrell, Lobos Devoradores, Publicaciones Protestantes, portada).



                                   Ante Pavelic y su amigo Adolf Hitler
                             dos dementes manipulados por los jesuitas

          „La expulsión masiva o la conversión forzada de los Cristianos Ortodoxos al Catolicismo Romano, era parte de la agenda. Todas las medidas dirigidas a eliminar la servidumbre en Croacia fueron llevadas a cabo bajo la frase pronunciada por uno de los ministros croatas: “Tenemos que masacrar al primer tercio de los Serbios, sacar el otro tercio del país y forzar al que quede a aceptar la fe católica, ya que les va a absorber el elemento católico.” (Lazo M. Kostich, Holocaust in the Independent State of Croatia, Liberty, p. 18).



                     Ante Pavelic - llamado el carnicero de los Balcanes junto
                               a su ejercito de despiadadas "santas" monjas católicas


El Papado, mediante la Orden Jesuita, estaba aún tratando de exterminar a los ortodoxos cristianos en Serbia a finales de los 1900. El Vaticano utilizó a los Estados Unidos para alborotar, manipular e intimidar las partes implicadas en el conflicto en que se bombardeó a Serbia. El verdadero "carnicero de los Balcanes” son el papa de Roma y la Iglesia Católica, no Ante Pavelic ni Slobodan Milosevic. Los jesuitas unicamente trataron y tratan siempre de utilizar la persona "mentalmente" dispuesta para llevar a cabo sus abominables crímenes contra la humanidad.

Y en el siguiente artículo, vamos a ver como la trama continua, con increíbles intrigas y objetivos, que para la mente de una persona normal y corriente, pueden parecer locuras, o en el mejor de los casos, guiones de ciencia ficción. Pero no así para estos descerebrados agentes del diablo, que bajo el nombre de "la Sociedad de Jesús", o "la Orden Jesuita", tienen bien claro su objetivo final, y sin tener en cuenta, nada, y esto significa absolutamente nada, ni conciencia, ni dinero, ni tiempo, siguen su cumplimiento bajo las miradas indiferentes e ignorantes de un mundo entero.






 

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