jueves, 18 de septiembre de 2014

Pan Y Circo

"Si no conocemos el pasado, no podemos entender el presente y no podemos prepararnos para el futuro."




"Hace ya tiempo, desde que los votos a nadie vendemos; que hemos abandonado nuestros deberes, pues el que antaño otorgaba gobierno, fasces, legiones, todo, hoy se coarta a sí mismo y sólo dos bienes se desean con ansia: pan y juegos circenses."  Juvenal

Parece que muchas realidades de hace miles de años, ¡siguen siendo válidas hoy! Como, por ejemplo, la realidad de la naturaleza humana. Los siglos de tecnología no añadieron nada extra, de hecho, incluso podría decirse que redujeron algunas de las cosas esenciales, amplificando a cambio, a las superficiales e innecesarias.

Los ciudadanos del Imperio Romano, en el período de decadencia, ignorantes respecto a su verdadera naturaleza espiritual y respecto a los derechos humanos básicos, estaban satisfechos si el César les daba un poco de pan y mucho circo. La mayoría de ellos, vivían como la mayoría de hoy: en pobreza y miseria; otros eran incluso esclavos, como los son muchos hoy también; y en el mejor de los casos, eran “libertos” (esclavos a los que de algún modo le había sido concedida la libertad);
Todos ellos, olvidaban de la pobreza y de la falta de sentido de su existencia, si se les organizaban esos suntuosos desfiles, y esos espectáculos en las arenas de los anfiteatros, hipódromos y “circus maximus”. Además de estas diversiones populares, el César, ordenaba darse a la multitud, trigo gratis (pan), para aplacar los espíritus inquietos y mantenerlos más o menos satisfechos.


Hoy en día, como circo, contamos con la caja mágica, la TV. Algunos la llaman riéndose, “la caja tonta”, pero (el colmo de la ironía), se atontan mirándola sin parar, evidencia clara que acertaron con el nombre. El pan hoy lo suministra Mercadona, Alcampo, y otros supermercados, así que del circo se encargan los periodistas y la tele, controlados por el estado. De esta forma, el actual César moderno da al populacho mundial, todos los espectáculos y alimento que necesita.

Por supuesto, hoy existen también teatros y varios otros cines, discotecas, o pabellones deportivos, conciertos y muchos otros. El deporte, si hablamos de él, constituye en sí, la forma de "circo" que más despierta las grandes pasiones y desvía la atención y las energías de millones de personas idiotizadas, de las cosas verdaderamente importantes, evitando de este modo que el ignorante se entrometa en los asuntos del César.



         Si además de estos espectáculos o “circos”, al populacho se le asegura el mínimo para sus necesidades existenciales, a saber, un poco de comida basura y ropa barata (o trapos coloreados), los esclavos modernos, ¡no necesitarán nada más! Ellos entraran en la carrera de la vida, solamente para poder procurar continuamente estas pocas cosas necesarias, y garantizarse al mismo tiempo... el circo. ¿Más cosas? Oh, eso sería incluso demasiado para ellos, ¡y no le ven el sentido! Como escribió Richard Bach: "La vida es lo desconocido e incognoscible, hemos venido al mundo, para comer y sobrevivir el mayor tiempo posible." Nada más acertado con respecto a la mentalidad humana, esclavizada por el placer y las sensaciones fuertes.

Este tipo de personas, por desgracia la mayoría, han existido también en los tiempos de Noé. En vano les advirtió él acerca de la inundación y destrucción inminentes, en vano les instó él a salvarse. Ellos simplemente, "comían y bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta que vino el diluvio sobre ellos", según nos relata la Biblia.

La misma clase de gente vivía en Pompeya antes de la erupción del Vesubio. Hubo allí también algunos visionarios y científicos de la época, quienes les advirtieron que se marcharan para salvarse a sí mismos, pero nadie les hizo caso. Ellos tenían lo que deseaban: su enorme anfiteatro y poco pan. Y... murieron todos.

                                            el enorme anfiteatro de Pompeya
                                                     hoy, cubierto de hierba

La misma clase de gente vivía probablemente en Alemania de los 1939-1940, en los albores del surgimiento del nacionalsocialismo, el futuro fascismo. Aunque algunos no estaban de acuerdo con eso, sin embargo, ya que su vida era bastante buena, hicieron un compromiso con su conciencia, para salvarse a sí mismos y para asegurarse la comodidad personal y aplaudieron y clamaron, "¡Heil Hitler!". La ironía es que ni siquiera esos se salvaron todos (ya que una tiranía encuentra motivos para eliminar incluso a sus partidarios cuando no son suficientemente celosos).

Esas personas existen, y siempre han existido, y son, por desgracia, ¡la gran masa de la población mundial! Esa masa, que un sociólogo calificó como, "la parte inútil de la especie humana".
Yo no sería tan áspero en estimaciones, sino diría sólo, que estas personas todavía permanecieron en la parte inferior de la pirámide de las  necesidades, de Maslow.
Esa pirámide se basa en las necesidades vitales: alimento, vivienda, vestido; seguidos en un nivel superior, por las necesidades espirituales: amar y ser amado, tener una familia, sentirse útiles, etc.; y luego, en un nivel más avanzado, por las necesidades espirituales superiores: la afirmación, la ampliación del horizonte personal, el conocimiento constructivo, y por supuesto la evolución intelectual y el éxito personal. La parte más alta de la pirámide está reservada para la moralidad, creatividad, etc. Pero son pocos los que consiguen esta performance de modo visible, es decir, público, ya que muchos de las personas verdaderamente inteligentes de este mundo, en general autodidactas, se quedan desconocidas para las masas, cuya atención está atraída siempre hacia el “César” y sus hordas que infunden miedo, ya que el placer (el circo) va mano a mano con el miedo, a fin de que el César, o el Pontifex Maximus, pueda controlar totalmente las masas.

                                                    El Pontifex Maximus - 2014
                                                      (twitter@pontifex_es)

Aquí llegados, es necesaria una aclaración: si vas buscando por Internet (superficial) vas a encontrar por ejemplo, que en la entrada, "Pontifex Maximus" en Wikipedia, dice que este titulo se usaba en en la época del Imperio Romano para denominar al César. Pero esta es una mentira camuflada, o simplemente ignorancia crasa por parte del autor del articulo. Pero lo cierto y lo correcto es dar al César lo que le pertenece, porque hoy, 17 de septiembre 2014, este es el titulo oficial del... pontífice romano-católico (¿te suena la palabra pontífice?), ademas del titulo de Emperator Augustus Caesar. ¿¡Qué?!¡Sí! El titulo oficial del señor Bergoglio es: Papa Francisco, Pontifex Maximus, Emperator Augustus, Caesar. Y las funciones actuales del pontífice o césar, son las mismas que en la época de la Roma pagana, sin apenas cambios (los cambios son solamente de nombres: en vez de Júpiter, es Pedro, en vez de Isis es María, etc.) El titulo de Emperator (Emperador), significa que el sr. Bergoglio, es el soberano de todos los actuales reyes del mundo, el rey de reyes. Por esto los reyes le besan la mano: ellos saben quién es el amo.







 Así que podemos afirmar sin la menor duda que: ¡El César ha muerto, viva el César! Y como siempre digo: La ignorancia mata! 
Porque estos día cuando el actual César esta preparado a implementar la nueva y modern, Pax Romana a nivel mundial, podemos ver, si miramos alrededor el peligro mortal que nos rodea. Todo esta preparado para el establecimiento del Nuevo Imperio y las masas embrutecidas a base de pan y circo. Y si algunos no se "comen" esta farsa... "No hay problemas, dice el César, ¡tenemos también para ellos... arreglo!"


En esta situación actual a nivel mundial, si se anunciaría un desastre inminente, o el fin del mundo (por cierto, estamos a un paso de eso), este tipo de gente seguiría comportarse exactamente igual que hasta ahora, encontrando justificaciones como: "Deja que no es tan cerca", "Y si fuera así, ¿qué puedo hacer yo?", "¿Por qué perder yo mi comodidad", "Mejor vivo así, y... después de mí… ¡pase lo que pase!” etc.

Se habla mucho también de una evolución. No de una evolución biológica, que hoy día hasta las personas medio-inteligentes consideran una enorme estupidez, sino de una aparente evolución real tecnológica e industrial (aparente - porque si estudiamos atentos el pasado, podemos ver que en realidad no sabemos nada comparado con las antiguas generaciones y que todo lo que tenemos, fue inventado hace miles de años por esos “bárbaros” o “prehistóricos hombres de cavernas” – ¡menuda idiotez de la soberbia mente moderna!”
Pero, hablando de lo que tenemos hoy, todo esto, fue posible debido a enormes sacrificios de nuestros antepasados ¡hoy olvidados! ¡No todos!
Hoy el ignorante ávido de pan y circo, se acuerda orgulloso por sus “conocimientos”, de Hitler, de las dos guerras mundiales, de la inquisición papal, y puede que de otros eventos desgraciados, aunque no es capaz ni desde lejos deletrear esos nombres correctamente, por no hablar de explicar de lo que tratan.

Pero nadie se acuerda de los héroes de la humanidad, de los mártires Cristianos que sacaron el mundo de las tinieblas de Edad Oscura, que libraron la humanidad de la mano del César, de la mano de Roma papal. Los nombres de estos verdaderos libertadores humanos como, Pedro Valdo, Ian Hus, John Wesley, John Calvin, Martin Lutero, y otros, no caben en la mente llena del pan y circo papal, ni despiertan ningún sentimiento inteligente en los cerebros lavados por el moderno y mortalmente peligroso César, o en mejor de los casos pueden recordarse de ellos como de unos …locos. ¿Qué persona en su sano juicio, se pondría contra la corriente, cuando todavía puede encontrar lo que necesita en las tiendas del César? Aunque hoy, por cierto, ya no hay nada gratis. El César, ya no necesita ofrecer nada gratis. Su control absoluto sobre los seres humanos embrutecidos, es tan fuerte, que se permite incluso… ¡imponer leyes! no “comprarlas” como antes, dando pan gratis al populacho.

Los pocos que han quedado cuerdos, en este intento exitoso de manipular la raza humana, por parte de unos pocos descerebrados ricos y muy "religiosos", saben que no debido a las personas “tranquilas” (ignorantes, indiferentes, egoístas, incultos, etc.), hemos llegado aquí, sino a los que se esforzaron en saber, “el porqué” de las cosas de la vida, a los que sacrificaron sus vidas para nuestras libertades actuales (que hoy ya no existen), debido a personas que tuvieron el coraje de decir, “¡No!”, al César, y “¡No!” al pan y circo. Pero, como dijo no sé cuál escritor: "Los locos, son los que han llevado al mundo hacia adelante". ¡Sí, los locos! Hoy son llamados, “teóricos de conspiraciones” o, “fanáticos”, o “fundamentalistas”, o “terroristas”.

Muy pronto los adeptos del pan y circo, serán despertados brutalmente a la realidad presente y constataran que todo ha sido un gran engaño. Entonces se van a enfadar mucho y debido a la falta de inteligencia, actuaran bestialmente, y debido a que “los muchos hacen la fuerza”, este mundo será un caos total que ni siquiera el César, con todas sus legiones militares de súper-criminales reunidos en OTAN, no podrá controlar. El principio “pan y circo” que tanto sirvió al antiguo imperio romano pagano, consiguió su propósito como parte del plan de subyugar el mundo a los pies del imperio romano papal. Pero, ¿cuántos son los que “ven” esto?


Para comprender mejor la historia, mira estos cortos vídeos:
La historia del mundo en 1h


miércoles, 3 de septiembre de 2014

La Segunda Guerra Mundial - 1

"Si no conocemos el pasado, no podemos entender el presente y no podemos prepararnos para el futuro."

La Wehrmacht cruzando la frontera polaca el 1 de septiembre de 1939 (Wikimedia commons) 
La Wehrmacht cruzando la frontera polaca el 1 de septiembre de 1939

Es conocido que el inicio oficial de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar el 1 de septiembre de 1939 con la invasión por parte del ejército alemán de Polonia. Con ella, Hitler quería conseguir su ansiado sueño de hacerse con el control de gran parte de Europa e instaurar su Tercer Reich con el que devolvería la gloria y el esplendor que tiempo atrás había gozado el Imperio Alemán.
Lo que no es conocido, es que para que se hiciera efectiva y tuviera alguna justificación esa invasión, Adolf Hitler y sus socios jesuitas tuvieron que inventar una mentira: Una operación de "Bandera Falsa", llamada, La Operación Himmler

Emisora de radio de Gleiwitz atacada por falsos polacos que dio inicio a la IIGM (Wikimedia commons)
                                   La emisora de radio de Gleiwitz atacada por falsos polacos,
                                             que dio inicio a la Segunda Guerra Mundial
                                                                  
 
Eran las ocho de la tarde del jueves 31 de agosto de 1939 cuando Reinhard Heydrich, uno de los hombres de mayor confianza del Führer, descolgó su teléfono y efectuó una llamada en la que tan solo dijo: 'La abuela ha muerto'.
Esta era la contraseña con la que estaba dando luz verde a Alfred Helmut Naujocks para poner en marcha un plan con el que engañar al mundo y dar pie a que la inminente invasión de Polonia por parte del ejército alemán tuviese una justificación de cara al resto del planeta.
Tras escuchar las palabras de Heydrich, Naujocks puso en marcha el dispositivo diseñado en secreto durante varias semanas: atacar la emisora de radio alemana de Gleiwitz, la cual se encontraba en la zona fronteriza que separaba Alemania de Polonia.
Dicho ataque se llevó a cabo por una tropa de alemanes que iban disfrazados de soldados polacos, con el fin de hacer creer que habían sido víctimas de un complot por parte del país vecino.

Soldados alemanes quitan una placa del gobierno polaco (Wikimedia commons)
                                       Soldados alemanes quitan una placa del gobierno polaco

Todo estaba perfectamente calculado. Se colocó el cuerpo sin vida de Franciszek Honiok, un alemán de ascendencia polaca y que había sido detenido y asesinado un día antes por la Gestapo. Honiok había protagonizado previamente algunos altercados en los que defendió y declaró abiertamente su simpatía hacia Polonia. Era el gancho perfecto para hacer creer a todo el mundo que el ataque a Gleiwitz había sido real.
Posteriormente se retransmitió un mensaje en polaco, evidentemente falso, en el que se anunciaba el ataque a la estación radiofónica.
Todo estaba saliendo a la perfección, tan sólo debían esperar unas pocas horas para que las tropas alemanas situadas en las inmediaciones traspasasen la frontera que separaba ambas naciones y diesen comienzo la tan ansiada invasión de Polonia.
Las 4:45 horas de la madrugas, del ya 1 de septiembre de 1939, es la hora oficial en la que se estipuló que comenzaron los ataques y bombardeos sobre Polonia y por tanto dio comienzo la La Segunda Guerra Mundial.